Estrategias contra esa "letra chiquita" que impide cobrar un seguro rápido y con certeza.

Para muchas personas sufrir un daño a su salud o propiedad es una disrupción muy grande. Principalmente en su presupuesto mensual o anual, o incluso en sus ahorros. Y cuando se supone que un seguro debe indemnizarnos ya que pagamos la prima, la realidad es otra: coaseguros altos, procedimientos de reclamación tan enredados que seguro nos hacen repetirlos varias veces, tiempos de espera largos, criterios poco claros y montos pagados sujetos a lo que diga un ajustador. Y todo en el momento que más se necesita, cuando hay que resolver la emergencia, conseguir ayuda, reparar las cosas. Justo cuando hay poco tiempo y cabeza para dedicarle a armar el "expediente como lo quiere la aseguradora".

Muchos seguros no sirvieron para lo que la gente pensaba

Así lo vivieron miles de personas que se vieron afectadas por los sismos del 7 y 19 Septiembre de 2017.  De entrada, si bien hay más de 2.4 millones de inmuebles en la CDMX, solo había alrededor de 300 mil pólizas de seguros contra terremoto, de las cuales el 40% estaban ligadas a una hipoteca y principalmente protegían el saldo que se le debía al banco ¡en serio! En muchísimas pólizas la letra chiquita no dejaba claro si el seguro le pagaría solo el saldo al banco, o pagaría por el valor de reposición de la propiedad, o por su valor comercial. Y esto es importante porque todos sabemos que cuando un desastre natural provoca alta demanda de materiales de reconstrucción, los precios subirán.

Por otro lado, hubo que esperar a que lleguen los ajustadores. Tan solo para el sismo del 19 de Septiembre de 2017, las aseguradoras recibieron más de 56 mil reclamaciones de pólizas de seguros vigentes (o sea casi el 20% de todas las pólizas de la ciudad), pero resulta que en todo el país hay solamente 700 ajustadores registrados ante la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas, y recordemos que acababa de ocurrir el sismo del 7 de Septiembre de ese año, el cual generó más de 23 mil reclamaciones. Osea que en las semanas posteriores al sismo del 19, cada ajustador traería en sus manos en promedio más de 110 reclamaciones que evaluar y ajustar! Incluso las aseguradoras tuvieron que contratar ajustadores de otros países, con lo que el costo de procesar cada reclamación sería aún más alto. El resultado es bien sabido: 16 meses después del sismo, las aseguradoras apenas habían pagado el 60% de las reclamaciones recibidas. Esto es consistente con la expectativa que se tiene a nivel sector asegurador de que las reclamaciones por desastres naturales tardan entre 12 y 24 meses para pagarse.

Llegan a México la solución: seguros paramétricos

Ante esta difícil situación como consumidores de seguros, que en principio contra el pago de la prima reciben una promesa de indemnización sólida de una aseguradora, ¿qué se puede hacer? Sin duda ejercer derechos como consumidores para que las aseguradoras mejoren sus procesos, clarifiquen sus criterios, y respondan más rápido es una estrategia que no debe dejarse de lado. Pero también existen soluciones basadas en tecnología e información que se están usando de manera más amplia y exitosa alrededor del mundo: los "seguros sin ajuste".

Los seguros sin ajuste, también llamados paramétricos o por índices, descansan en los últimos conocimientos científicos y datos históricos para estimar el monto probable de los daños que puede sufrir una propiedad dada la fuerza que generó un fenómeno natural. Es decir, si se conoce la fuerza del terremoto (su intensidad), se puede determinar la gravedad probable del daño y por lo tanto permitir a la aseguradora realizar un pago rápido, sin recurrir a un ajustador. Más aún, como la única condición para que el seguro pague, es que la fuerza del terremoto supere un nivel pre-acordado con el asegurado, y dado que la póliza de seguros también pre-definió el monto a pagar, ya no hay discusión de cuánto y cuándo se debe pagar si se cumple la condición de pago. Así de simple.

¿Y estos seguros son confiables?

Al rededor del mundo hay un montón de países que compran estos seguros a nivel gobierno (México fue de los primeros en el mundo en abrir este mercado), y también hay entidades no lucrativas que promueven estos seguros por montos muy chiquitos entre la población más vulnerable. La razón de esto es que un buen seguro paramétrico descansa en mediciones que hace un tercero que no es la aseguradora ni el asegurado, por lo tanto son objetivas. Este especialista generalmente es una empresa que modela fenómenos naturales utilizando la mejor información y ciencia posible. Afortunadamente en México la UNAM es hoy por hoy uno de los centros de conocimiento de terremotos más importantes del mundo. En Súper construimos productos alrededor de lo que ellos dicen.

La buena noticia es que los seguros "sin ajuste" ya llegaron a México a través de www.super.mx/. Cotiza y conoce nuestros productos!